Sobre una pequeña península rocosa que se adentra en el mar se asienta la parte antigua de la ciudad de Peñíscola, destacando, sobre la parte más alta de la loma del peñón, dentro del recinto amurallado, el extraordinario Castillo-fortaleza, catalogado Monumento Histórico-artístico Nacional.
Habitado por
árabes y caballeros templarios, albergó
entre sus muros al inquilino más ilustre y conocido, el papa Benedicto XIII, el
Papa Luna, que lo convirtió en sede pontificia tras el Concilio de Constanza.
En el interior de la recia fortaleza la huella templaria tiene
su máximo exponente en la sobria Basílica
de estilo románico, tiene planta rectangular y está cubierta con bóveda de
cañón; y de la reforma llevada a cabo en tiempo del Papa Luna numerosas
estancias evocan su presencia, entre ellas el Salón del Trono y el Salón del
Cónclave.
En la parte más alta del castillo
se encuentra la Torre del Homenaje, en cuya parte superior está el salón
de estudio del Papa Luna, pequeño aposento que acogió en su interior una de las
más notables bibliotecas de la época.
Interesante, igualmente, son las murallas que rodean el
casco antiguo de Peñíscola, incluido el castillo, tres puertas permiten el
acceso al recinto amurallado, la Puerta
de San Pedro o del Papa Luna, la
de Felipe II y la Puerta de Santa María del s.XVIII.
Virgen de la Ermitaña |
Otros lugares de interés son la capilla de la Virgen de la Ermitaña, patrona de Peñiscola, situada junto al Castillo, la iglesia parroquial de la Virgen del Socorro,
el Parque de Artillería, zona de
polvorines y fortines, hoy día zona de jardines y palmeras desde donde se obtienen
magníficas vistas de la playa norte, el Museo del Mar, situado en el Baluarte
del Príncipe, y el Bufador, oquedad
natural, fruto de la erosión, por donde en días de temporal emerge el mar embravecido.
Parque de Artillería |
En Septiembre, Peñíscola celebra las Fiestas Patronales en
honor de la Virgen de la Ermitaña, con un amplio abanico de actividades
lúdicas, desfile de moros y cristianos, vaquillas, toro “embolao”, fuegos artificiales, etc.
Peñíscola es una
ciudad que aúna historia, monumentalidad y un espacio turístico espectacular,
con una playa de fina arena y tranquilas
y azules aguas. Conjunción que garantiza unas inolvidables vacaciones junto al Mediterráneo.
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