"Viaja a donde la ilusión te lleve"

MUSEO SOROLLA - Madrid





    La casa en la que habitó Joaquín Sorolla en Madrid, y en la que el artista tenía su taller, alberga hoy día el Museo Sorolla, gracias a la iniciativa de su esposa, Clotilde García, que quiso mantener vivo el recuerdo de su marido donando todos sus bienes al Estado, para convertir su hogar en un museo donde recoger la magnífica y prolija obra de uno de los artistas más prolíficos  y excepcionales de su tiempo.







   En el Museo se expone una magnífica colección  de obras del pintor español, haciendo un recorrido por las distintas etapas de su carrera, desde su etapa de formación a su culminación como un excepcional pintor. En el recorrido se advierte como la luz es compañera inseparable de Sorolla desde sus inicios.











   Joaquín Sorolla nació en el antiguo barrio de pescadores de Valencia en 1863, tras su formación en Valencia, viaja a Pisa y París, donde contacta con los distintos movimientos pictóricos en vanguardia de la época, naturalismo, costumbrismo e impresionismo.









































   En París, el contacto con artistas nórdicos y con su original forma de tratar la luz, aviva en Sorolla un especial interés por la luz y sus efectos, convirtiéndose en la  inconfundible y representativa característica de su obra.


    En sus obras, ya sean escenas cotidianas o paisajísticas del mediterráneo, Sorolla imprime un carácter espontáneo, luminoso y colorista, combinando la luz con ingenio y maestría, adquiriendo ésta un impactante protagonismo sobre lo representado, un estilo pictórico diferenciado y particular para el que la crítica acuñó el término luminismo, y para el cual, Sorolla es su más notorio representante.




   En el Museo, además de su obra, se encuentran numerosos objetos adquiridos por Sorolla en sus viajes a distintos países, esculturas, cerámicas, etc.


  








 En la casa-museo de Sorolla existe una zona ajardinada dividida en tres espacios diferenciados, diseñada por el mismo Sorolla. En el primero de ellos, Sorolla se inspiró en el laberinto de los Reales Alcázares de Sevilla, en el segundo  en la ría del Generalife, y en el tercero su diseño de tradición  árabe quedó truncado por su planta irregular, no obstante una alberca sevillana frente a una pérgola italiana conjuntan un espacio refrescante y muy relajante.











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