
La llegada a España de un ejército de más de medio millón de
almohades suponía una amenaza para los estados cristianos. Alfonso VIII
solicitó una cruzada al Papa Inocencio III.
Una vez concedida, y
predicada por el arzobispo de Toledo, Don Rodrigo, Alfonso VIII la inició, a ella se sumaron el rey de
Navarra, Sancho VII el Fuerte, el rey de Aragón, Pedro II el Católico y otros
príncipes españoles y extranjeros, además de tropas portuguesas y algunas órdenes
militares.

Alcanzado el puerto de Muradal, en Sierra Morena, la empresa
se tornó difícil, al encontrarse los pasos naturales tomados por los almohades,
en esas circunstancias apareció el pastor Martín Halaja que indicó, a Don Diego
López de Haro a cuyo mando avanzaba la vanguardia, una senda escondida, a
través de la cual la hueste cristiana pasó sin dificultad, llegando hasta las
inmediaciones del asentamiento del
ejército almohade.
Sobre una gran explanada, denominada "las Navas de
Tolosa" se extendía el gran ejército de los almohades, situándose en el
centro de la misma la tienda de Miramamolín, jefe de los almohades, defendida
por 10.000 negros encadenados, que provistos de lanzas de acero formaban una
auténtica muralla.

Hoy por tanto es un día de celebración y de orgullo para los
españoles, ya que la Batalla de las Navas de Tolosa, fue una de las más
trascendentales que se riñeron entre los cristianos y los musulmanes en los
cerca de ocho siglos que se disputaron el dominio de España, porque aseguró de
modo definitivo la preponderancia de los cristianos y les abrió las puertas de
Andalucía, cuya conquista, con excepción del Reino de Granada se efectuó en los
treinta y seis años siguientes.

En Santa Elena (Jaen) se encuentra el Museo de la Batalla de las Navas de
Tolosa que merece la pena visitar, desde su mirador puede divisarse la
explanada de las Navas de Tolosa donde tuvo lugar la batalla cuyo victoria hoy
celebramos.
¡¡¡ VIVA ESPAÑA!!!