Berlín, ciudad emblemática de Alemania, su designación como capital del reino de Prusia (1701), y más tarde del Imperio Alemán (1871), la catapultó a convertirse en protagonista e iconografía de la turbulenta historia alemana. Periodos de auge y desarrollo seguidos de destrucción y devastación se han alternado a lo largo de su breve e intensa historia, acontecimientos especialmente traumáticos que han imprimido un carácter de resistencia y tenacidad, y una extraordinaria capacidad de superación a los berlineses.
Mimada y ennoblecida bajo el reinado de Federico II "El Grande" (siglo XVIII), Berlín paso a ser una de las ciudades más hermosas de Europa. Se construyen numerosos edificios que contribuyen a dar esplendor a la capital. En 1791 se inaugura la Puerta de Brandenburgo como Arco de Triunfo de la capital Prusiana, coronada por la Diosa de la Paz, representa el triunfo de la paz sobre las armas.
A partir de entonces la Puerta de Brandenburgo se torna en testigo mudo, depositaria del pasado y espectadora del presente; su estampa estática, en ocasiones gloriosa y magnífica, otras mutilada y herida, es paradigma de los periodos aternativos de esplendor y desolación, e icono mimético y representativo del sentir de un pueblo.
Importantes acontecimientos han transcurrido en torno a la Puerta de Brandenburgo que han contribuido a convertirla en símbolo indiscutible de Berlín.
En la historia más reciente, el 9 de noviembre de 1989, la Puerta de Brandenburgo contempla con expectación la caída del Muro, su ubicación, en tierra de nadie, aislada por el Muro, la erige de nuevo en símbolo de la unificación entre los dos sectores berlineses, separados durante 28 años por el Muro de la Vergüenza. Desde entonces Berlín ha experimentado una dinámica transformación, recuperando su antiguo explendor, ofreciendo una variada oferta de atractivos culturales, monumentales y turísticos.
Caminar por Berlín es muy cómodo y agradable debido a su orografía llana y la amplitud de sus avenidas, Berlín posee el encanto de ser una ciudad que se ha regenerado a sí misma, Este y Oeste unidas conforman una gran ciudad con calles, edificios y lugares cuajados de historia, exponentes testimoniales de unos tiempos históricos muy recientes y vivos en nuestra memoria. Los antiguos edificios de finales del XIX contrastan con la nueva arquitectura vanguardista surgida alrededor de Postdamer Platz. En Berlín encontramos también inmensas zonas verdes, parques, jardines y lagos que invitan al descanso y al relax, como el céntrico parque de Tiergarten, al lado de la Puerta de Brandenburgo.
Es cuestión de empezar a caminar... y disfrutar.
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