Existen
lugares en el mundo que por su lejanía o singularidad están rodeados de un enigmático
halo, suscitando un atractivo especial e inexplicable, y uno de ellos es, sin
duda, el mítico Cabo Norte, el punto más septentrional de Europa.
Cabo
Norte es un lugar excepcional para contemplar el Sol de Medianoche en la época
veraniega.
Aunque
desde que se cruza la línea del Círculo Polar el sol está presente durante las
24 horas del día, contemplarlo desde la meseta de Cabo Norte se aventura como una
experiencia única e inolvidable.
Al
bordear la isla de Mageroya en dirección a Honninsgvag, se avistan los
acantilados de Cabo Norte, la vista es impresionante y las emociones
indescriptibles, la inmensidad del océano, la grandiosidad de los acantilados,
te sumergen en un mar palpitante donde los sueños e ilusiones se entremezclan
con la fascinante realidad.
Una
vez en Honningsvag, se toma el autobús dirección a Cabo Norte. La carretera
transcurre por una árida tundra, un paraje abrupto e inhóspito con profusión de
neveros, donde la naturaleza abrasada por el gélido frio glacial, presenta una
desolada belleza.
Tras
recorrer los 33 km de distancia se llega al punto 71º 10’ 21’’ NORDKAPP, Cabo
Norte, desde donde se traza la línea imaginaria que separa el mar de Noruega y el
mar de Barents, más allá hacia el norte la infinidad del Ártico: … asombroso,
fantástico e indescriptible.
En
esa latitud la meteorología es variable y caprichosa, en cuestión de minutos un
cielo diáfano se torna gris y opaco, pasando por intervalos de espesa niebla,
etc. por lo que contemplar el sol de
medianoche en Cabo Norte queda supeditado al albur meteorológico.
En nuestro caso un frio intenso, acentuado por
un viento helado, nos dio la bienvenida, el cielo encapotado por tupidas nubes
grises impedía ver el sol, aunque la visibilidad era buena, el viento el peor
enemigo que entorpecía caminar, pero una vez allí todo ello es pura minucia… lo importante es
lo excepcional del lugar, estar en el destino soñado.
No
vimos el sol de medianoche en Cabo Norte, aunque hacia días que veníamos
viéndolo desde que cruzamos la línea del Círculo Polar Ártico, pero nuestra
estancia allí fue única y maravillosa, porque inesperadamente a medianoche
comenzó a nevar, una copiosa nevada engalanó con un manto blanco Cabo Norte y
la experiencia fue mágica e impresionante quedando retenida para siempre como
inolvidable.
En
la planicie de Cabo Norte se encuentra el Centro de Visitantes, que acoge una
exposición con distintas escenas de la historia de Cabo Norte, la pequeña
capilla de St. Johanne, la más septentrional del mundo, una sala de cine,
cafetería y tienda de souvenirs.
Frente
al Centro de Visitantes, en un saliente del acantilado, se encuentra el Globo Terráqueo,
imagen icono de Cabo Norte, donde todo viajero inmortaliza su paso por el
soñado Cabo Norte.
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