Los acantilados de Moher son una de
las maravillas naturales más visitadas en Irlanda.
Un sendero recorre los acantilados
en toda su longitud, una valla de piedra protege de caídas fortuitas al vacío,
dado el desapacible e implacable viento que sopla en la zona. A lo largo del
sendero las vistas son magníficas y maravillosas, permitiendo disfrutar de perspectivas
espectaculares.


En la mitad del sendero se encuentra
la Torre de O´Brien, una torre circular de piedra, ideada y construida por Sir
Cornellius O´Brien en 1835. Ubicada en la parte más alta, se convertía en un
atractivo mirador para los visitantes que por allí acudían entonces, desde
donde podían admirar los acantilados en todo su esplendor.

Otra forma de captar la espectacularidad de los acantilados es desde el mar, pequeñas embarcaciones hacen un recorrido marítimo, desde donde sobrecoge la grandiosidad de los acantilados.
El centro de visitantes se ubica en
la ladera de una colina al estilo de una casa hobbit integrada en el entorno.
Igualmente en la exposición ofrece una
detallada información acerca de la fauna y flora de este maravilloso entorno
natural.

Numerosas especies de aves marinas anidan en las oquedades de la vertiginosa pared rocosa de los acantilados, destacando por su cuantía, las innumerables colonias de frailecillos.