Los acantilados de Moher son una de
las maravillas naturales más visitadas en Irlanda.
Se encuentran en el condado de Clare
en la costa oeste de Irlanda. Los impetuosos embates del Atlántico han
erosionado las rocas costeras dando lugar a los espectaculares acantilados que
se extienden a lo largo de la costa unos 8 km aproximadamente, con una altura
de algo más de 200 m, en su parte más elevada.
Un sendero recorre los acantilados
en toda su longitud, una valla de piedra protege de caídas fortuitas al vacío,
dado el desapacible e implacable viento que sopla en la zona. A lo largo del
sendero las vistas son magníficas y maravillosas, permitiendo disfrutar de perspectivas
espectaculares.
En la mitad del sendero se encuentra
la Torre de O´Brien, una torre circular de piedra, ideada y construida por Sir
Cornellius O´Brien en 1835. Ubicada en la parte más alta, se convertía en un
atractivo mirador para los visitantes que por allí acudían entonces, desde
donde podían admirar los acantilados en todo su esplendor.
Otra forma de captar la espectacularidad de los acantilados es desde el mar, pequeñas embarcaciones hacen un recorrido marítimo, desde donde sobrecoge la grandiosidad de los acantilados.
El centro de visitantes se ubica en
la ladera de una colina al estilo de una casa hobbit integrada en el entorno.
En el centro de visitantes una exposición explica la formación geológica de los acantilados, fechando
su formación en unos 300 millones de años, siendo las estructuras rocosas
naturales más antiguas de Irlanda.
Igualmente en la exposición ofrece una
detallada información acerca de la fauna y flora de este maravilloso entorno
natural.
De hecho los acantilados de Moher es una zona
de protección especial de aves, en ellos habita la mayor colonia de aves
marinas de Irlanda.
Numerosas especies de aves marinas anidan en las oquedades de la vertiginosa pared rocosa de los acantilados, destacando por su cuantía, las innumerables colonias de frailecillos.
Numerosas especies de aves marinas anidan en las oquedades de la vertiginosa pared rocosa de los acantilados, destacando por su cuantía, las innumerables colonias de frailecillos.