En el
noroeste de Aragón se encuentra la histórica comarca de las Cinco Villas: Sos del Rey Católico, Uncastillo, Sádaba, Ejea de los Caballeros y Tauste, son las
cinco villas que dan nombre a la comarca.
Fue en la
Edad Media cuando la historia cincovillesa adquirió notabilidad, forjándose gran
parte de la identidad que hoy caracteriza y representa a esta comarca.
Ocupada por los musulmanes, los reyes
pamploneses iniciaron en el siglo X la reconquista de los territorios ocupados,
arrebatando a los musulmanes las tierras del norte de Aragón, expulsándolos hacia
el sur. En su avanzada y con el fin de asegurar la frontera entre el reino
cristiano y el musulmán, los reyes pamploneses, y un siglo después, los
monarcas del nuevo reino de Aragón, fueron levantando una frontera defensiva de
villas fortificadas y fortalezas, colocadas estratégicamente con el fin de
repeler los posibles contraataques musulmanes, a la vez que repoblaban los
terrenos conquistados, a los que otorgaban extraordinarios privilegios.
Por todo
ello, encontramos que en las Cinco Villas las iglesias son templos de
reconquista edificados sobre una colina, junto a una torre atalaya. Son de
estilo románico, el que predominaba, por entonces, en la Europa cristiana.
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Sos del Rey Católico |
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Torre del Homenaje (Sos del Rey Católico) |
SOS DEL REY CATÓLICO, lugar de nacimiento de Fernando el
Católico, es la villa más septentrional de la comarca.
Fue conquistada en el
siglo X por el reino pamplonés. Su estratégico enclave, sobre una atalaya
rocosa, la convierte en una fortaleza natural, aún así fue fortificada en todo
su perímetro, en la zona más alta se construyó un castillo del que hoy día solo
queda en pie la torre del homenaje.
Junto a ella, está la Iglesia románica de
San Esteban con una hermosa cripta excavada en la roca. En el exterior del
recinto amurallado la ermita románica de Santa Lucia.
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Iglesia de San Esteban (Sos del Rey Católico) |
Otros edificios de
interés son el Ayuntamiento, la Lonja, el palacio de Sada, donde nació el rey
Fernando.
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Torre del Homenaje (Uncastillo) |
UNCASTILLO, recibe su nombre del imponente
castillo-fortaleza que se levanta sobre la peña de Ayllón dominando la villa.
Este
castillo se levantó en el siglo XI por el rey navarro Sancho el Mayor, sobre
una fortaleza árabe conquistada un siglo antes, por el rey pamplonés Sancho Garcés.
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Iglesia de Santa María (Uncastillo) |
Alrededor
del castillo se construyó una muralla que convirtió a Uncastillo en una
fortaleza inexpugnable. Como vestigio de ese castillo se conserva la torre del
homenaje.
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Portada Iglesia Santa María (Uncastillo) |
En
Uncastillo destaca la Iglesia de Santa María, construida en el siglo XII, con
una de las portadas más bellas del románico aragonés. La iglesia de Santa María
ha sufrido numerosas reformas a lo largo de los siglos, aún así no ha perdido
la esencia de su espíritu románico. Destacar, igualmente, la iglesia de San
Martín, convertida, hoy día, en Museo de Arte Religioso del Prepirineo.
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Iglesia de Sta. María (Uncastillo) |
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Castillo (Sádaba) |
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Catillo de Sádaba |
Más al sur,
se encuentra SÁDABA, con un castillo
espectacular. Sobre una colina, dominando la villa se alza el original castillo,
es de planta rectangular, con siete soberbias torres comunicadas entre sí por
un adarve que recorre todo el perímetro del recinto amurallado.
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Iglesia de Santa María (Sádaba) |
Reseñar la
Iglesia de Santa María, uno de los mejores ejemplos del gótico aragonés.
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Iglesia de Santa María de la Corona (Ejea de los Caballeros) |
EJEA DE LOS CABALLEROS, situada en el centro de la comarca
fue conquistada por Alfonso I de Aragón, el Batallador, a principios del siglo
XII.
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Iglesia de San Salvador (Ejea de los Caballeros) |
Destaca la iglesia de Santa María de la Corona del siglo XII y la Iglesia
de San Salvador que responde a la tipología de iglesia-fortaleza.
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Iglesia de Santa María (Tauste) |
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Torre octogonal, Iglesia de Sta. María (Tauste) |
Tauste, es la villa más próxima a Zaragoza
y al río Ebro, conquistada, igualmente, por Alfonso I el Batallador, conserva
la huella de los mudéjares que la habitaron, y dejaron su impronta en la bella
torre octogonal de la iglesia de Santa María.