"Viaja a donde la ilusión te lleve"

LORCA - Murcia



Torre Alfonsina














Torre del Espolón







 En un agreste paisaje, al abrigo de un monumental castillo, se asienta la ciudad de Lorca desde tiempos prehistóricos. Las excavaciones arqueológicas documentan y  hablan de una Lorca prehistórica, íbera, romana, visigoda, islámica y cristiana. Un asentamiento permanente y continuo a lo largo de los siglos, auspiciado por la ubicación estratégica de la ciudad.



Torre del Espolón tras el terremoto del 11-05-2011

   Lorca posee un cuantioso patrimonio monumental, legado en piedra de los numerosos pueblos que la habitaron. Pasear por Lorca es encontrarse con retazos de  su historia y disfrutar con sus monumentos más representativos y destacados tal como:



   El CastilloFortaleza del Sol, es el emblema de la ciudad de Lorca, se trata de una fortificación defensiva  situada sobre el punto más alto de la ciudad, un enclave significativo y vital para la salvaguarda y defensa de la entonces convulsa zona fronteriza entre el reino cristiano de Castilla y el reino nazarí de Granada.


Torre Alfonsina




 En el recinto de la fortaleza medieval podemos visitar  la Torre del Espolón y la Torre Alfonsina, ésta última debe su nombre al infante Alfonso (más tarde, Alfonso X el Sabio),  que ordenó la construcción de ambas torres tras su victoria ante los musulmanes, arrebatándoles la ciudad.  En la Torre del Espolón podemos ver la enorme cicatriz del daño sufrido tras el terremoto  del  11 de mayo de 2011.

Aljibe Grande






   Otros espacios dentro del perímetro de la fortaleza son el Aljibe Grande, el Aljibe Pequeño, el Rincón del Arqueólogo, el Horno del Pan, zonas ambientadas bien con exposiciones, bien con temáticas costumbrista de la época.



Porche de San Antonio












   La Muralla medieval  rodea al Castillo, en ella encontramos el Porche de San Antonio puerta medieval  en recodo, de acceso al recinto fortificado.




Sinagoga



La Judería, ha sido descubierta  recientemente con la construcción  del Parador de Turismo, en el fortuito hallazgo se ha encontrado una Sinagoga del siglo XV, además de varias casas y talleres perfectamente conservados. La Sinagoga mantiene en excelente estado  todos los elementos propios de una sinagoga: el lugar donde se guardan los rollos de la Torá, el estrado de lectura, etc. además de un zócalo y parte del pavimento.  Por ello atravesar sus muros es retroceder al siglo XV y visitar un espacio muy aproximado a tal y como lo veían los judíos de entonces.


Barrio judio























Ayuntamiento
   En la Plaza de España convergen los tres poderes, administrativo, religioso y civil con sus edificios representativos,  el Ayuntamiento, la Colegiata de San Patricio levantada por los lorquinos tras su victoria en la Batalla de los Alporchones ocurrida el día 17 de marzo de 1452, festividad de San Patricio, y la Casa del Corregidor, en cuya esquina se hallan esculpidas las figuras de, los que según cuenta la leyenda, fundaron Lorca, el troyano ELIO y el griego CROTA.

Colegiata de San Patricio
Casa del Corregidor
Iglesia de San Mateo

   Numerosas Iglesias, como la de San Mateo, San Francisco, Santiago, Santa María, la del Carmen, etc.

Palacio de Guevara
    Palacios y Casas señoriales, el Palacio de Guevara, la Casa de los Condes de San Julián, el Pósito de Panaderos, etc.
Casa de los Condes de San Julián

Museo  del Bordado  - Paso Blanco
  



   En Lorca la Semana Santa se vive de un modo muy particular,  la artesanía de unos bordados espectaculares, auténticas filigranas de oro y seda representando diversas estampas del Antiguo y Nuevo Testamento,  son la mejor expresión de fervor y entusiasmo con que los lorquinos celebran la Semana Santa.


















Museo del Bordado - Paso Blanco












   Las cofradías exponen en sus propios Museos del Bordado mantos, estandartes, banderas y túnicas exquisitamente bordadas por expertas y hábiles bordadoras que con  oro, seda, terciopelo y  raso elaboran auténticas obras de arte.
Museo del Bordado - Paso Azul


Museo del Bordado - Paso Azul

MEDINA AZAHARA - Córdoba


 

    La ciudad palatina de MEDINA AZAHARA fue construida por Abderramán III a mediados del siglo X, tras su autoproclamación como califa siguiendo las pautas habituales de los califas abbasíes de Bagdad: la construcción por parte del califa de un nuevo núcleo urbano acorde a su recién estrenada dignidad y estatus.




  






    

   Medina Azahara se convirtió en la residencia personal del nuevo califa y sede de los órganos de administración del nuevo Estado Califal.









  La construcción de Medina Azahara duró 40 años, algo más que el tiempo en que permaneció en pie, tan sólo 34 años.












   








    Medina Azahara está situada a unos 8 km de Córdoba en la falda de Sierra Morena en un lugar de gran valor paisajístico. La construcción de la ciudad se adaptó a las irregularidades del terreno mediante su disposición en terrazas.



























   En la terraza superior se encontraba el Palacio, la residencia califal, en una posición preeminente sobre la terraza inferior, desde la cual se domina todo el conjunto. En esta terraza se encuentra el Salón Principal destinado a las recepciones oficiales, y el Salón del Trono de forma octogonal.















































   El lujo, la suntuosidad y la ostentación tenían su máximo exponente en el Salón Rico o Dar-Al-Mulk, en este salón destacaba la decoración califal más refinada y exquisita, y que según cuenta la leyenda era tal la profusión de oro, plata, diamantes y piedras preciosas en su ornamentación, que al penetrar los rayos del sol, producían tal efecto de fulgores y destellos que deslumbraban y dejaban fascinados y atónitos a regios visitantes, mandatarios, emisarios, hombres de estado, etc.









   La terraza media estaba destinada a la administración, dependencias de la corte y viviendas de altos funcionarios.

   En la inferior se encontraba la mezquita, las casas, los zocos, los baños, etc. en ella vivían el pueblo y la tropa.








   La efímera vida de la ciudad califal más fastuosa de occidente tuvo su fin en el año 1010, como consecuencia de las luchas internas que provocaron la caída del califato de los Omeyas de Occidente, y la desmembración de Al-Andalus en numerosos reinos de taifas.

  





    Entre los años 1010 y 1013 el complejo áulico fue destruido y saqueado. Durante siglos, sus ruinas fueron utilizadas como cantera artificial para la construcción de otros edificios, hasta que paulatinamente fue quedando en el olvido.

   A lo largo del tiempo, los innumerables vestigios arqueológicos encontrados en la ladera donde se sitúa Medina Azahara, fueron atribuidos a la ubicación de “Córdoba la Vieja”, no fue hasta el siglo XVII cuando surgió la hipótesis de que pudieran pertenecer al palacio de Abderramán III. Pero no fue hasta principios del siglo XX cuando las primeras excavaciones certificaron la existencia de la ciudad califal de Medina Azahara.




















CÓRDOBA

   
   En el corazón de Andalucía, junto al río Guadalquivir, se encuentra la ciudad de Córdoba.

   Su  dilatada y agitada historia se remonta a la Edad de Bronce, tal y como acreditan los yacimientos arqueológicos. Habitada por tartesos y fenicios, fue conquistada por los romanos en el 206 a C. fue durante la romanización cuando Córdoba entró de lleno en la Historia al ser nombrada capital de la Hispania Ulterior Bética, manteniendo su hegemonía hasta el siglo III, cuando Diocleciano pasó la capitalidad a Híspalis (Sevilla).

   En el siglo V, Córdoba fue arrasada por los bárbaros, volviendo a renacer en el año 711 tras la invasión árabe.

     Córdoba recuperó su grandiosidad cuando el año 756 Abderramán I, último superviviente de la dinastía Omeya de Damasco, conquistó Córdoba para fundar el Emirato Independiente de Al-Andalus.

   En los albores del siglo X, con Abderramán III, Córdoba experimentó su máximo apogeo, viviendo el periodo de mayor esplendor, convirtiéndose por entonces en la ciudad más importante de Occidente.



Maimónides
  




   El Califato fue la época más fructífera de Córdoba, durante ese periodo se realizaron grandiosas construcciones, como la Mezquita y la ciudad de Medina Azahara, se abrieron bibliotecas, el desarrollo intelectual alcanzó una plenitud inusitada, que desde Córdoba se irradió al resto del mundo. Figuras señeras e influyentes en la cultura occidental fueron el filósofo y poeta Ibn Hazamn, el médico y teólogo Maimónides y el filósofo Averroes.

   Con Almanzor, el Califato se desintegró, desapareciendo totalmente el año 1031, dando lugar a la formación de los llamados reinos de taifas.

   En 1236 Córdoba fue conquistada por Fernando III.

Una de las puertas de la Mezquita
   



Córdoba invita a callejear por su casco viejo, un paseo apacible, tranquilo y asombrosamente placentero, en el que descubrir monumentos, ruinas, vestigios, rincones pintorescos …  que inevitablemente evocan y reconstruyen el impresionante pasado de esta milenaria ciudad.















Interior de la mezquita














El Mihrab
   El monumento más importante y conocido de Córdoba es sin duda la Mezquita,  obra cumbre de la arquitectura mundial y el exponente más señero del arte islámico en Occidente. Su construcción comenzó en 785 con Abderramán I y se prolongó más de 200 años debido a diferentes ampliaciones. En el exterior se encuentra el Patio de los Naranjos, lugar para el ritual de las abluciones.

  












Patio de los Naranjos





















Templo Romano




 Vestigios de la época romana, es el Templo Romano de Claudio Marcelo,  fundador de la colonia. Está situado en el corazón de la ciudad, de él sólo quedan unas columnas y restos arqueológicos.


Puente Romano









   El Puente Romano sobre el Guadalquivir, de 240 m de longitud, por él pasaba la Vía Augusta. Aunque ha sido reconstruido varias veces a lo largo de su historia, aún descansa sobre la cimentación romana original.



Sinagoga. Detalle de la yesería nazarí






   El Barrio de la Judería, complejo de intrincadas callejuelas, en él se encuentra la Sinagoga de estilo mudéjar, primorosamente decorada con yesería nazarí.



Alcazar de los Reyes Cristianos




   El Alcázar de los Reyes Cristianos, construida por Alfonso XI sobre las ruinas de anteriores residencias regias romanas y árabes.





Plaza del Potro
   




La Plaza del Potro, se trata de una plaza alargada, llamada así por el potro que corona la fuente que adorna la plaza. Cervantes la inmortalizó en el Quijote. En ella se encuentra el Museo de Julio Romero de Torres y el Museo de Bellas Artes.
Cristo de los Faroles





  En la plaza de Capuchinos, uno de los rincones más entrañables de Córdoba se encuentra el Cristo de los Faroles, popularizado en coplas, canciones y películas.










   
































  Otro atractivo de Córdoba son sus típicos patios, herederos de los patios califales, han pasado de ser un espacio para la intimidad de la vida familiar a abrir sus puertas para el deleite y goce del visitante.



Calleja de las Flores

  Todo patio cordobés que se precie consta de una fuente o pozo, vistosas plantas, rejas, faroles y numerosos tiestos sobre paredes encaladas que llenan de vida y color el espacio.



   La deliciosa Calleja de las Flores, un estrecho paso, engalanado al estilo del patio cordobés, que lleva a una plazoleta interior, desde la cual se divisa una magnífica estampa: la catedral asomándose entre geranios, ¡maravilloso!




Plaza de la Corredera
   Podemos acabar el paseo por Córdoba en la Plaza de la Corredera, data del siglo XVIII, fue concebida como lugar para celebrar actos públicos, su estilo es el de las plazas castellanas. Hoy día es un espacio de reunión y de ocio, donde descansar y reponerse tras el interesante paseo por la ciudad.