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Iglesia Abacial de San Salvador |
Situada junto al desfiladero del río Oca, al abrigo de los montes Obarenes, la villa de Oña supone una de las mayores sorpresas turísticas de la provincia de Burgos.
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Atrio |
La historia milenaria de Oña está escrita en sus muros. Esta villa condal ejerció un papel crucial en el nacimiento de la Primitiva Castilla. Una fecha señalada, el 12 de febrero del año 1011, es sin duda la fecha de mayor significado en la historia de Oña. Ese día, el tercer conde de Castilla, D. Sancho García, nieto de Fernán González, fundaba un monasterio bajo la advocación de San Salvador, Santa María Virgen y San Miguel Arcángel, que pasado el tiempo llegó a convertirse en el centro religioso más importante de Castilla.
Ochocientos años de esplendor y gloria vivió esta abadía benedictina. El siglo XIX supuso el inicio de su decadencia, la invasión napoleónica y la desamortización de Mendizábal arrumbaron para siempre a esta importantísima fundación condal.
La grandiosidad de la Iglesia abacial de San Salvador confirma su esplendor religioso: su espectacular capilla mayor, verdadera joya artística de la iglesia, con uno de los ámbitos funerarios medievales de mayor relevancia artística e histórica; los exclusivos Panteones, Real y Condal, de estilo gótico-mudejar, en madera de nogal y boj, formados por dos grandes baldaquinos en cuyo interior acoge, cada uno de ellos, cuatro arcones con los restos de los personajes.
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Panteón Condal |
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Panteón Real |
El conjunto encierra un gran significado histórico, al encontrarnos con el Panteón Condal castellano más importante en cuanto al número de personajes que acoge, y con el primer Panteón Real de Castilla.
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Arcón donde reposa el rey Sancho Abarca |
En el Panteón Condal reposan, entre otros, los restos del conde D. Sancho García fundador del monasterio de Oña y tercer Conde de Castilla, y su esposa la condesa Doña Urraca. En el Panteón Real descansan los restos del rey de Castilla D. Sancho el Fuerte, asesinado en las murallas de Zamora, y llevado por el Cid hasta Oña, el Rey Sancho III de Castilla o Sancho Abarca, su esposa la reina Doña Mayor, hija de los Condes de Castilla, fundadores del monasterio, y el Infante D. García hijo de Alfonso VII.
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Sillería del Coro |
Destaca, igualmente, en la capilla mayor de San Salvador, la atrevida bóveda octogonal de 400 metros cuadrados, la primorosa sillería del coro, de madera de nogal con un calado sorprendente; el imponente retablo barroco con la capilla de San Íñigo, abad del monasterio.
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Claustro |
En la sacristía, convertida en museo en la actualidad, se exponen numerosas piezas de orfebrería, esculturas, pinturas, etc.
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Claustro |
Ya en la sala Capitular pueden admirarse cuatro arcos románicos, que aún conservan su policromía original.
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Claustro |
Bellísimo el claustro gótico, profusamente decorado y excelentemente conservado, construido sobre el primitivo claustro románico.
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Fachada Monasterio Benedictino |
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Arco de la Estrella |
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Portada Iglesia de San Juan |
Oña encierra otros puntos de interés, además de la Iglesia abacial de San Salvador, desde la plaza del Convento puede admirarse la fachada del antiguo
Monasterio Benedictino, flanqueada por dos grandes cubos recuerdo de la muralla levantada en el siglo XIV, de la cual se conservan algunos lienzos y una puerta de entrada: el
Arco de la Estrella.
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Iglesia de San Juan y Torre |
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Ayuntamiento |
Notable, igualmente la Iglesia de San Juan, con una bella portada gótica. Junto a ella, una Torre medieval, que alberga un museo etnográfico en torno a la industria de la resina.
Un paseo por las calles de Oña permite descubrir numerosas casas blasonadas, e impregnarse de ese halo medieval que satura esta hermosa villa condal.