Es en ese extremo, desde Battery Park a la calle 14, donde se advierten las huellas de la primitiva Nueva Amsterdan, con sus calles estrechas y sinuosas, que contrastan con las amplias y rectas avenidas de la cuadrícula que se aprobó en el plan urbanístico de 1811, formada por 11 avenidas y 155 calles, y que caracterizan el plano de Manhattan, que permite saber donde se está en todo momento.

La ciudad de Nueva York es espectacular, pasear por sus calles permite descubrir su idiosincrasia, ser uno más en ese microcosmos étnico donde nadie se siente extranjero y disfrutar de la múltiple y variada oferta de atractivos que ofrece.
Interesante sin duda, la Estatua de la Libertad, emblema de América, donada por Francia en 1886; el puente de Brooklyn, primer puente colgante construido entre 1869 y 1883 sobre el East River, durante 20 años fue el único vínculo entre Manhattan y Long Island; Wall Street, la calle más famosa del mundo de las finanzas.




El Rockefeller Center, complejo de 19 rascacielos, ocupa tres manzanas entre la Quinta Avenida y la Sexta Avenida y las calles 48 y 51; frenta al Rochefeller Center, la Catedral de St. Patrick, construida entre 1858 y 1888, inspirada en las grandes catedrales europeas.

Central Park, un gigantesco oasis de verdor que se extiende desde la calle 59 a la 110, entre la Quinta Avenida y Central Park West.


Pasar unos días en Nueva York imprime en la memoria un recuerdo inolvidable.
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